He recibido un montón de e-mails de gente con ansiedad en los últimos 5 años y he notado los problemas fundamentales en su cerebro pensante. La imagen de arriba está tomada por fMRI y es conocida como córtex órbito-frontal, el cual se cree que guarda parte del código de las emociones. Estudios recientes revelan que los alcohólicos en general tienen más probabilidad de confundir las expresiones faciales de enfado y asco. Este descubrimiento sugiere que tanto la función del córtex órbito-frontal como la de la amígdala (que guarda el código de las emociones de miedo y tristeza) están perjudicadas en los cerebros de las personas alcohólicas.

Creo que podemos aplicar este nuevo descubrimiento a la fobia social también. Cuando yo sufría severamente de fobia social, me sentía como si fuera rechazado por mi novia cuando ella simplemente se giraba y miraba a alguien. No podía quedar con ninguna chica cuando era joven y esto me condujo a una vida solitaria durante mucho tiempo.

En Japón tenemos “fobia a la mirada” que es sentir un miedo extremo cuando estableces contacto ocular con los demás. Quien lo sufre tiene dificultades incluso para ir en tren o metro. Se quejan frecuentemente de que “la persona que está sentada en frente de mí se levanta y se va porque se siente mal con mis mirada de desconocido”. Esto muestra la confusión típica de un cerebro ansioso que no puede decodificar emociones y expresiones faciales y esto hace aumentar la ilusión (paranoia) mental.

Hay otra fobia en Japón que es la “fobia al olor corporal”. Quien la padece, está obsesionado con oler mal incluso cuando no hay olor a sudor en absoluto. Intentamos explicarles que es una sensación ilusoria, errónea, falsa, pero no lo conseguimos. No pueden dibujar la línea de separación entre el mundo real y el mundo ilusorio. Incluso podrían llegar a pagarse una operación cara para solventar su problema pero claro, esto no les llevaría a nada más que a malgastar su dinero.

Con todos estos factores podemos llegar a la conclusión de que hay problemas serios en un cerebro de tipo ansioso.

¿Qué hacer entonces con una mente confusa?
Siempre insisto en que se haga algo que sea factible, una tarea cotidiana en el estado de “MU”. MU es la condición final, en la que nuestra mente actúa libre de restricciones. Si quieres ser un monje budista en religión Zen, tienes que ir a un templo Zen y estudiar profundamente la práctica Zen durante la que se te pide limpiar habitaciones, baños y preparar la comida. Puedes pensar que esta práctica no tiene nada que ver con la iluminación Zen. Pero éste es el deber más importante durante el entrenamiento para monje Zen. El proceso de pensamiento racional está prohibido durante la práctica Zen. Podemos aprender implicaciones muy importantes desde esta práctica Zen para curar los trastornos de ansiedad.

Le pido al paciente que haga lo mismo que un aprendiz de monje Zen hace. Tienes que lavar los platos, limpiar las habitaciones, preparar la comida, limpiar los baños y demás sin condición previa. Debes seguir esta práctica sin esperar ninguna cura de tu ansiedad. 

Las personas sanas hacemos las tareas diarias a cambio de nada. No existe un orden para hacerlas. Empezamos por algo que encontramos a mano. Estas actividades no son difíciles y el tiempo pasa rápido cuando las hacemos.

Al contrario que la gente sana, los pacientes ansiosos no pueden hacer sus tareas diarias. Por el contrario, insisten en navegar por internet, leer revistas y hacer footing en el parque cercano. Podrían incluso decir que quieren entrevistarse para un trabajo después de quedase tirados en su apartamento durante mucho tiempo. Nadie les ha dicho que deberían empezar por sus tareas diarias. En realidad, esto evidencia que hay un problema en su proceso de pensamiento.

¿Cuál es la manera acertada de pensar?
No sólo es que trabajes duro en tu oficina o estudies mucho en el colegio. La mejor manera de pensar para una persona ansiosa es hacer algo bien, algo cercano y en este mismo momento. Un cerebro sano es el que hacer eso y no es importante concentrarse en algo. Nuestro cerebro siempre presta atención a nuestro alrededor para asegurar nuestra vida.

Considerar que el problema de un cerebro ansioso reside en el proceso de pensar no en el miedo irracional es el núcleo central de la terapia de Saito.
Este es el principio más importante para resolver el problema. Tan pronto como te pongas a luchar contra tu miedo, nunca ganarás la batalla. Pero si paras de luchar en contra y empiezas a hacer tus tareas cotidianas, tu trastorno de ansiedad “imposible” pronto desaparecerá.